¿Crees que no eres tan malo? ¡Espera a escuchar lo que otros piensan de ti! Al comienzo del juego, cada jugador recibe la identidad de una persona horrible: el proxeneta, el alcohólico, la dama de los gatos, etc. En cada turno, un Dictador que rota entre los jugadores plantea una pregunta incómoda: por ejemplo, ¿quién de los presentes se presentaría borracho en un funeral? En ese momento, los jugadores tendrán que votar en secreto sobre la persona que, según el dictador, podría realmente hacer o haber hecho el hecho. El resultado es brutal: no solo te expones al expresar un juicio, sino que también expones al dictador y a la persona por la que votaron. Prepara a tus amigos psicológicamente antes de empezar: ¡la honestidad nunca ha sido tan divertida!