El más clásico de todos los juegos de caja, en el que tendrás que demostrar nervios templados y mucha determinación El objetivo del juego es desplazar tus fichas de una base a otra, avanzando en el sentido de las agujas del reloj por un camino formado por casillas según los puntos obtenidos al tirar los dados. La peculiaridad del juego, de la que deriva su nombre, es que puedes "comerte" el marcador de un oponente en cualquier momento de la partida si caes en la casilla en la que se encuentra, y enviar al jugador de vuelta a su punto de partida, obligándole a empezar de nuevo y, en general, provocando una reacción de enfado.